Hoy se fueron a casa los dos últimos y se quedaron los dos que faltaban para octavos de final.
Les confieso que no pense que la fiebre me alcanzará hasta aquí, pero al parecer me ha nacido un "gustico" por el fútbol más allá de ver lindos chicos moverse de un sitio para otro.
En la mañana pude confirmar esa naciente aficción, cuando retrase mis siempre urgentes compromisos para sentarme a ver el partido entre Portugal y Brasil.
Cuando abrí los ojos a las ocho de la mañana me di cuenta de algo, que seguro ustedes han notado que refiero como mucha frencuencia: no había energía electrica. Así que, algo distraída de que en dos horas empezaba el partido, me bañé y vestí para salir. La primera parada era el banco en la plaza comercial más cercana.
En esos trajines estaba cuando recibí la llamada de mi novio. No me habló sobre el partido, su conversación giró en torno a algo más importante para él. Pidió una camiseta original del equipo argentino, su delirio. ¿Adivinen cuál es la camiseta? Sí, el 10 de Messi.
Como está en Puerto Plata y el pedido llegó a Santo Domingo me pidió que fuera a recogerla para reenviarsela. Pero antes, debía ir a la plaza comercial.
Luego de pasar por el banco, en la segunda planta del edificio, cruce por el área de comida. Vi la primera pantalla de televisor, de las cinco o seis que hay en ese lugar, y me di cuenta de que el partido había empezado. ¡El juego! Era el minuto 16.
Me acerque y, como suele pasar, era la única mujer del grupo. Cinco hombres: cuatro haitianos y un español. Los chicos haitianos estaban divididos en dos bandos: dos a Brasil y dos a Portugal. El español estaba neutro. Comentarios van y vienen, más de mí que de ellos. El español me pone conversación, al parecer intrigado por mi interés en el fútbol.
Antes de ir a la "pregunta del meollo" intercambiamos pareceres sobre los últimos partidos, de algunos jugadores, del calculo de quien jugaría con España y sí España ganaría o no frente a Chile. Llegó al meollo ¿por qué mi atención a un deporte que no es favorito en Repúbilca Dominicana? Le explique que mi suegra y mi novio eran los fans de fútbol más leales que he conocido y que gracias a ellos me puse a descubrir que tanto me podía gustar este deporte.
Luego de mi respuesta toda la atención estuvo centrada en el partido.
Los jugadores parecían que se iban a morder y el arbitro tenía la mano floja para las tarjetas amarillas. Eso era "pata y trompa". Brasil como que atina menos sin Kaká en la cancha (recuerden que el estúpido y ciego del arbitro francés lo dejó fuera de este partido en el juego pasado frente a Costa de Marfil y su jugador "showman").
Fin del primer tiempo. Cero a cero. Salí de carrera a mis practicas de manejo. De ahí atrevesé a la ciudad. De camino a recoger la camiseta de Messi mi novio me llama, me canta una porra futbolistica...pero para mí :). Me pone al tanto del partido de la "patá y la trompá": terminó cero a cero. Brasil pasó de primero a octavos, seguido por Portugal. En el otro partido de esa hora (del que no me acordaba para nada), Costa de Marfil le ganó por tres goles a Corea del Norte (que no anotó ninguno). Los dos se fueron a casita.
Veinte minutos después recogía la camiseta. ¡Ah! los fanáticos.
¡Olé!
Llegue a tiempo para ver el primer tiempo del partido entre España y Chile. Parecia una loquita corriendo todo el pasillo, desde mi habitación hasta la televisión en la sala. Lo que me podía tomar dos minutos me tomó cinco con ese "corre corre".
Un gol de Villa. España se fue alante. Caramba, no estaban por perder. El otro de Iniesta. En ese momento recordé que mi novio estaba en una reunión y quedé en enviarle minimensajes para informarle el progreso del partido. Le mande el SMS y le informé, además de los goles, que habían dejado a Chile con un jugador menos.
Terminé de ver el primer tiempo envuelta en una toalla frente al televisor. Entraba a trabajar a las cuatro y eran las 3:40 minutos de la tarde. Me terminé de cambiar lo más rápido que pude y salí disparada, no sin antes ver el gol de Chile.
Ya en el periódico me enteré que el partido quedó tal y como lo deje. España pasó primera en el grupo H y Chile de segundo.
Hubo otro partido....eh...entre...¡ah! Honduras y Suiza. Se fueron sin el gol de la verguenza.
Bueno, y como dijeron hoy mi novio y mi amigo Miguel: Llegó la hora de la verdad. Hagan sus apuestas.
P.D. Aquí mi novio opina sobre el Mundial y su favorito en el periódico Listín Diario: Fiebre mundialista
Les confieso que no pense que la fiebre me alcanzará hasta aquí, pero al parecer me ha nacido un "gustico" por el fútbol más allá de ver lindos chicos moverse de un sitio para otro.
En la mañana pude confirmar esa naciente aficción, cuando retrase mis siempre urgentes compromisos para sentarme a ver el partido entre Portugal y Brasil.
Cuando abrí los ojos a las ocho de la mañana me di cuenta de algo, que seguro ustedes han notado que refiero como mucha frencuencia: no había energía electrica. Así que, algo distraída de que en dos horas empezaba el partido, me bañé y vestí para salir. La primera parada era el banco en la plaza comercial más cercana.
En esos trajines estaba cuando recibí la llamada de mi novio. No me habló sobre el partido, su conversación giró en torno a algo más importante para él. Pidió una camiseta original del equipo argentino, su delirio. ¿Adivinen cuál es la camiseta? Sí, el 10 de Messi.
Como está en Puerto Plata y el pedido llegó a Santo Domingo me pidió que fuera a recogerla para reenviarsela. Pero antes, debía ir a la plaza comercial.
Luego de pasar por el banco, en la segunda planta del edificio, cruce por el área de comida. Vi la primera pantalla de televisor, de las cinco o seis que hay en ese lugar, y me di cuenta de que el partido había empezado. ¡El juego! Era el minuto 16.
Me acerque y, como suele pasar, era la única mujer del grupo. Cinco hombres: cuatro haitianos y un español. Los chicos haitianos estaban divididos en dos bandos: dos a Brasil y dos a Portugal. El español estaba neutro. Comentarios van y vienen, más de mí que de ellos. El español me pone conversación, al parecer intrigado por mi interés en el fútbol.
Antes de ir a la "pregunta del meollo" intercambiamos pareceres sobre los últimos partidos, de algunos jugadores, del calculo de quien jugaría con España y sí España ganaría o no frente a Chile. Llegó al meollo ¿por qué mi atención a un deporte que no es favorito en Repúbilca Dominicana? Le explique que mi suegra y mi novio eran los fans de fútbol más leales que he conocido y que gracias a ellos me puse a descubrir que tanto me podía gustar este deporte.
Luego de mi respuesta toda la atención estuvo centrada en el partido.
Los jugadores parecían que se iban a morder y el arbitro tenía la mano floja para las tarjetas amarillas. Eso era "pata y trompa". Brasil como que atina menos sin Kaká en la cancha (recuerden que el estúpido y ciego del arbitro francés lo dejó fuera de este partido en el juego pasado frente a Costa de Marfil y su jugador "showman").
Fin del primer tiempo. Cero a cero. Salí de carrera a mis practicas de manejo. De ahí atrevesé a la ciudad. De camino a recoger la camiseta de Messi mi novio me llama, me canta una porra futbolistica...pero para mí :). Me pone al tanto del partido de la "patá y la trompá": terminó cero a cero. Brasil pasó de primero a octavos, seguido por Portugal. En el otro partido de esa hora (del que no me acordaba para nada), Costa de Marfil le ganó por tres goles a Corea del Norte (que no anotó ninguno). Los dos se fueron a casita.
Veinte minutos después recogía la camiseta. ¡Ah! los fanáticos.
¡Olé!
Llegue a tiempo para ver el primer tiempo del partido entre España y Chile. Parecia una loquita corriendo todo el pasillo, desde mi habitación hasta la televisión en la sala. Lo que me podía tomar dos minutos me tomó cinco con ese "corre corre".
Un gol de Villa. España se fue alante. Caramba, no estaban por perder. El otro de Iniesta. En ese momento recordé que mi novio estaba en una reunión y quedé en enviarle minimensajes para informarle el progreso del partido. Le mande el SMS y le informé, además de los goles, que habían dejado a Chile con un jugador menos.
Terminé de ver el primer tiempo envuelta en una toalla frente al televisor. Entraba a trabajar a las cuatro y eran las 3:40 minutos de la tarde. Me terminé de cambiar lo más rápido que pude y salí disparada, no sin antes ver el gol de Chile.
Ya en el periódico me enteré que el partido quedó tal y como lo deje. España pasó primera en el grupo H y Chile de segundo.
Hubo otro partido....eh...entre...¡ah! Honduras y Suiza. Se fueron sin el gol de la verguenza.
Bueno, y como dijeron hoy mi novio y mi amigo Miguel: Llegó la hora de la verdad. Hagan sus apuestas.
P.D. Aquí mi novio opina sobre el Mundial y su favorito en el periódico Listín Diario: Fiebre mundialista
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