Ir al contenido principal

Día 5. Retos, tratos y "fiebre"

Día de retos, medición de "fiebre" futbolistica y de cómo, a veces, el deporte también es un trato.

Reto 1. No pude ver el primer partido, que se trasmitió a partir de las 7:30 de la mañana. No tengo servicio de cable en mi casa. Sí, ya sé lo que están pensando, pero el presupuesto hogareño anda flojo. Prefiero pagar el Internet, que en este caso tampoco me ayudó. Porque por más que busque no encontré un canal en la web que estuviera transmitiendo en vivo el partido.

Al final parece que este juego no era tan como para hacer sacrificios mañaneros, según la opinión de mi novio (recuerden que es mi asesor en materia de fútbol). En un mensaje que me envió en la tarde me comentó que el juego de Nueva Zelanda y Eslovaquia, que terminaron empatados a un gol, era de relleno.

El trato. El siguiente juego, entre Portugal y Costa de Marfil me lo tenía que perder por obligación. Estaba en mis clases de inglés. Este partido terminó 0 a 0 (detesto los partidos de fútbol que finalizan así). Me llamó la atención que en la mayoría de las webs deportivas y periódicos la crónica de este partido se titulara con reiteración en una palabra: sin daño.

Después entendí el por qué, gracias a mi asesor futbolistico...mi novio: "Dos excelentes selecciones de nivel medio, con inmensos jugadores insignias (Cristiano Ronaldo en Portugal y Didier Drogba en CDM), que a mi entender amor, y esto nadie te lo confirmará, firmaron un pacto de no hacerse daño, aunque fuese simplemente en la actitud en el partido, pues si forzaban mucho y uno de los dos salía perdiendo, luego tendría que pelear doble contra Corea y aparte lidiar con una posible y casi segura derrota contra Brasil. Yo creo que esta estrategia les da la oportunidad a cualquiera de los dos de ocupar el 2do lugar de su grupo junto con Brasil en el 1ero".

Y yo que pensé que esto era más limpio.

Reto 2. Brasil, Brasil. ¡Brasil iba a jugar! Hice cálculos estrátegicos para estar sentada en mi casa a las 2:30 de la tarde viendo el inicio de este partido entre el pentacampeón mundialista (está información es tan elemental para los fanáticos de este equipo como lo es la mano de Dios de Maradona para los argentinos) y Corea del Norte.

Pero que va, no contaba con...los apagones. Se "fue la luz" a las dos de la tarde. Ágil y veloz como pude termine de cambiarme y salí rauda hacía la plaza comercial más cercana, donde ayer había visto parte del partido entre Italia y Paraguay.

Alcance el juego en el minuto 22 del primer tiempo.

Entre hombres y la "fiebre del fútbol"
No vayan a pensar mal, pero es verdad. Frente a la pantalla plana LSD en uno de los pasillos de la plaza comercial estábamos el partido Brasil y Corea del Norte, yo y....más de veinte hombres.

Era la única mujer y no me di cuenta hasta que un simpático turista argentino se me acercó y me dijo: "¿Te has dado cuenta que eres la única chica viendo el partido?". Entonces, mire a mis espaldas y vi la cara de todos los hombres que, embobados, veían el juego. Todos, sin excepción, eran haitianos.

No pude evitar reírme. Algunos de ellos había reparado mi presencia y me sonrieron. Me sentí algo rara y pensé que mucha de las personas que habían pasado por el lugar también se repararon en este detalle.

Luego de la distracción y de recordarle al turista argentino que unos chicos al otro extremo del pasillo parecían esperarle, señal que entendió a la perfección, me concentre nuevamente en el partido. Brasil jugaba y a mi parecer muy bien, pero Corea del Norte, la comunista (Insisten en eso todavía) parecía montar un muro de contención frente a la portería...o al menos era lo que parecía.

Al finalizar el tiempo llame a mi novio. Después de comentarle los detalles del juego me dijo muy convencido que Brasil lo que hacía era observar al contrario y que esperará con seguridad los goles brasileños en el segundo tiempo.

¿Podría llegar a tiempo a la redacción y ver esos goles? Para nada. Cuando, agitada y casi sin aliento, abrí la puerta de la recepción del periódico, el marcador ya estaba 2 a 0. ¡No pude ver los primeros goles de Brasil!

Ya en la redacción vi algo más del juego y el gol de Corea del Norte a menos de un minuto de terminarse el tiempo reglamentario. Me tuve que conformar con ver los goles brasileños en Internet.

Los más entendidos en esta materia futbolera me dicen que Brasil no estuvo a la altura, aunque jugó bien. Les confieso que ver llorar a dos hombres abrazados, felices por un gol, me hizo pensar en lo incompresible que es para nosotras entender cierto sentimentalismos masculinos. Pero me imagino que ellos están montados en el mismo tren, pero en vía contraria.

Sin embargo, esa emoción de los jugadores brasileños me hizo entender la fiebre de los haitianos que, cada día, siguen los juegos en una televisión en medio de un centro comercial y de por qué yo era la única chica presente para verlos.

Comentarios

  1. Brasil estuvo bien.
    Es muy difícil marcar un gol a un equipo que renuncia a atacar y solo se dedica a defender, y más si lo hace de forma ordenada y disciplinada.
    Al final ganó el fútbol.

    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Toro Salvaje: Bien estuvo, aunque tu sabes que la mayoría de la gente, por lo que es este equipo, pensaba ver un super despliege en ese partido. Claro, no contaban con lo que comentas de Corea del Norte.

    Y si, ganó el fútbol.

    Gracias por pasar por este espacio de aprendizaje deportivo.

    Abrazos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Día 7. Y, fuera

Escribo estas notas luego de los últimos juegos de octavos (no, al final no entendí nada de las matemáticas de quién pasa si otro pierde o gana), de las esperanzas de los que llegaron, de la eliminación de Argentina y Alemania (nooooooooooooooooooooo), del triunfo de Uruguay, y los benditos penaltis domingueros que dejaron a España fuera. El sistema de penaltis me parecen algo injustos, pero... supongo que son reglas que se piensan como la última opción de las opciones. Y todas las reglas pensadas así siempre son malas. Lo que si es que muestran que tan buenos son los arqueros... y el de España es bien malo en lo que hace. Raro si me encontré que el esposo y la suegra, que está de visita en casa, auparan a Rusia. "Se lo merecen", me dijo el esposo. También me ha sorprendido la actitud de experto en yoga del esposo con la eliminación de Argentina. Me lo dijo desde el principio, que ese equipo no iba para ninguna parte, a pesar del milagro de pasar a octavos (q

Día 9. Crónica de la felicidad

Nota de 2014. Después que Alemania le ganó a Argentina, el esposo se fue a fregar. Estaba triste, pero sabía que solo un milagro habría hecho posible lo contrario. Y en el transito de estos ocho años, el milagro se gestó, con revancha incluida. Alemania se quedó en el camino y la selección argentina, con su admirado Lionel Messi, no solo logró ganar ante Francia, campeona del Mundial pasado, sino que hizo que el esposo volara de felicidad. Y voló. A saltos. *** Quise hacer este texto ayer, domingo, con la emoción anudada que se produce luego de vivir varias horas de tensión esperando algo bueno que parece que sí será, y parece luego que no. Y la tensión no la viví porque sea fanática del fútbol, que por cuarta vez en doce años comprobé que no soy, sino la que me causó desear que al esposo se le cumpliera el sueño del fanático. Como todo el mundo sabe, el suplicio y la gozada, comenzó a las 11:00 de la mañana, al menos en esta zona horaria. El esposo se levantó cinco minutos antes, se c

Día 1. Confesiones

Comenzaré confesándome: carezco de espíritu deportivo. Y no es que odio el deporte, es que por alguna razón, que sé afecta a otras personas, ningún deporte me ha encendido la chispa fanática y alborotada que observo en muchos y muchas. Ante esto se imaginarán que en un país donde el deporte rey es el béisbol, seguido a una distancia prudente por el basket, el fútbol es para mí como un eslabón perdido. Sí, lo sé. No se me escandalicen. Sé que el fútbol es el deporte más famoso del mundo. De hecho, mi recuerdo más cercano con algún deporte es la imagen de mi padre mirando los juegos de la Copa Mundial de 1990. Él es colombiano y como entenderán el fútbol es parte integral de su herencia. Pero ese mismo año partí de Venezuela, donde vivía con mi familia, a República Dominicana....y bueno, aquí el fútbol es lo más parecido al caviar: es un gusto de unos pocos. ¿Por qué mi interés ahora en el fútbol como para ponerme a escribir un diario sobre la Copa Mundial de este año? Hace dos años cono