Esto de seguir un Mundial todos los días no es fácil, menos en un país donde el fútbol no es un deporte prioritario como en Argentina o Brasil, donde habilitan televisores en las escuelas para evitar que los chicos falten por no perderse un partido.
Creo que el fanático dominicano del fútbol, es un verdadero fanático. Seguir los juegos ya se está haciendo pesado por las horas de transmisión que, irremediablemente, chocan con mis horas de diligencias callejeras (léase, cosas que resolver fuera de casa) y laborales. Pero se hace el esfuerzo.
Ayer no posteé porque...porque llegue media moribunda del sueño a mi casa luego de un agitado sábado que incluyó despertar temprano para ver el juego de Holanda y Japón, limpieza en casa con mi novio y cuatro horas de paseo dentro de Ikea.
Fútbol de sábado
El sábado desperté bien temprano, gracias a mi novio. Llego el viernes en la noche a casa. Guitarra, maletas y abrazos para enfrentar unos días de pendientes de formación y trabajo en la capital. Yo, encantada.
Se levantó a las 7:00 de la mañana y, por supuesto, me recordó el juego de la Naranja Mecánica y el equipo nipón. A duras penas abrí los ojos, pero la fiebre contagiada de mi novio me puso en fútbol luego de lograr sintonizar uno de los tantos canales en la Internet para ver el partido en vivo.
Primer tiempo algo aburrido. El gol vino en el segundo tiempo. El portero como que no la vio venir y...gol para el país de la naranja. Después de eso no "vimos más a linda" (frase que podría traducirse como "no pasó nada novedoso). Bueno, sí, hubo algo: vimos el juego narrado en árabe.
Luego de este partido nos pusimos a la carga con la limpieza en el apartamento. Mi novio eligió una posición estratégica para poder ver el siguiente juego: limpiar la habitación. Con la laptop sintonizada en uno de esos famosos canales en vivo de Internet; mi novio recogía, barría, y pasaba trapo con la atención puesta en la portátil.
Yo escuchaba sus comentarios y el sonido de los narradores del juego (que no eran árabes). Así que más o menos sabía por donde iba la movida entre Ghana y Australia. El primer gol llegó bien temprano del primer tiempo, del pie del jugador australiano Holman. Después de eso se armó "la garrata con puño" para evitar otro gol, esto del lado ghanés, y para anotar otro, eso del lado australiano.
Al final, Ghana pudo empatar gracias a un penalti. Gyan lo hizo. Lo recuerdo del otro partido con Serbía en que ganaron con un gol y la no anotación serbia. Sí, esa Serbía que le ganó a Alemania. Sí, la misma Alemania que le ganó por goleada a Australia.
Del tercer partido, entre Camerún y Dinamarca, nos llegó la información de su resultado en los pasillos de Ikea. Dos a uno, con el triunfo del equipo danés. Por cierto, tengo escritorio nuevo.
Accidentado domingo
La que se levantó fui yo. Mi novio roncaba con cara de hombre feliz. Pasaban de las nueve de la mañana. El primer juego ya había terminado. Para mi alegría me enteré que el ganador fue Paraguay. Dos goles sobre el cero de Eslovaquia.
A mí Paraguay me tiene encantada. Empató con Italia, el actual campeón, uno a uno. Hoy, gana. Me gusta que un país que no es favorito de ese tipo de lecciones. Su próximo juego es con Nueva Zelandia. Les deseo suerte, otra vez.
Poniendome al día, sintonice el juego entre Italia y Nueva Zelandia. No vi el Mundial del 2006, pero seguro que alguno de ustedes, sí...¿alguien me puede decir que ha cambiado en cuatro años? Lo más expertos me dicen que Italia es así, empieza haciendo "papelazos" en la cancha para luego sorprender. Debo creerlo, porque verlos empatar ese partido a un gol lo puso en duda ante mí. Pero esperaré, porque si algo me ha enseñado el fútbol en estos días es que los pronósticos anda bastante erráticos.
El juego de Brasil me lo perdí casi todo. Hoy me tocaba trabajar. El periodista tiene este tipo de horarios, como un domingo a las 2:30 de la tarde hasta...dejen ver el reloj....mmmmm...hasta las 10 de la noche o un poquito más.
Brasil se suponía iba de robo con un equipo como Costa de Marfil. Anotaron en el primer tiempo su primer gol. De ese nos enteramos a través del internet del movil de mi novio, mientras ibamos en un autobús. El segundo gol me lo perdí. El tercero lo vi. Luis Fabiano y Elano fueron los protagonistas de los goles.
El gol de Costa de Marfil (¿cuál es el gentilicio de este país?) lo vi en la redacción y no me lo creía. ¡Qué descuido del equipo brasileño! Después de eso fue un yo te empujo que tu me empujas. Me preguntaba si el asunto terminaría a puñetazos y casi pasó. Claro, no contaba con el show actoral de un jugador de Costa de Marfil y la ceguera de un (colocar el adjetivo que prefiera) arbitro francés.
¡Pero si Kaká tenía el codo sobre la altura del pecho del actor-jugador! ¿Vieron como el jugador de Costa de Marfil se puso la mano en la cara, como si lo hubiesen golpeado ahí? Físicamente, era imposible. Pero el arbitro no vio eso y expulsó a Kaká.
Eso si, ahí se estaban provocando los jugadores de los dos equipos, pero la expulsión de Kaká no tuvo justificación. Tenía que ser francés el bendito arbitro.
Los chicos en la redacción, en completo acuerdo, estuvieron totalmente de acuerdo con este punto. Claro, todos, menos el Pibe y Mario (el primero, editor de la edición resumida del periódico que se reparte en el Metro. El segundo, uno de los reporteros deportivos). El Pibe, que por supuesto es argentino, señaló que aunque el Kaká no merecía la expulsión si estaba de provocador. Mario corroboró la observación con un comentario: "Ese show también es parte del fútbol".
Mañana juega España. A ver que tal le va con su equipo de jugadores estrellas, porque si pierde de Honduras...eso sería demasiado, demasiado.
P.D. Seguro se han enterado del chisme del Mundial. Francia es la protagonista. Qué mal los veo.
el gentilicio es Marfileños. Y sí, se corrieron con el juego físico.
ResponderEliminarGracias, Alexei.
ResponderEliminarPor lo otro, creo que ya andaban confundiendo el fútbol del pie con el norteamericano.