Después de un café y el desayuno, de poner la lavadora y tender la cama, me senté a ver el primer juego de la jornada. No se cómo narrar con criterio un partido de fútbol, pero resumiré el primero con decir que el paseo por goleada de Inglaterra a Irán trajo más implicaciones políticas de las que esperaba.
Lo primero político, y no deportivo, fue ver a los jugadores de la selección de Irán quedarse callados mientras sonaba el himno de su país. Esto, se dijo, lo hicieron en apoyo de las mujeres iraníes y de su lucha contra la represión de su gobierno, protestas que comenzaron en el país árabe en septiembre por la muerte de Mahsa Amini en manos de la llamada "policía de la moral".
Los ingleses hicieron lo propio: se pusieron de rodillas antes de empezar el juego para, según leí después, protestar por los abusos raciales alrededor del mundo. Esperaba ver la famosa
Luego, los primeros minutos del partido me parecieron caóticos e incluyeron un choque de cabezas entre el portero iraní Alireza Beiranvand y otro compañero de su selección. Le quedo toda la nariz destrozada y aún así parecía querer seguir en el partido. Los médicos lo rodearon, mientras estaba tumbado en el piso. Creo que trató de seguir, pero no pudo. Nadie dijo nada del compañero, que siguió en el juego, pero mínimo se le tuvo que flojear un diente.
Entro nuevo arbitro iraní y empezó la fiesta de goles ingleses. Uno, dos, tres... el primer gol iraní fue de penal. Pero como avanzaba la mañana y tenía que poner calderos, opte por escuchar desde la cocina. Cada vez que el narrador aceleraba la voz, hacía una pausa, esperaba que dijera.. ¡Goooooooool deeeeee! Ahí iba corriendo a la sala mientras escuchaba el nombre del país que había anotado el tanto.
Para sorpresa mía, y creo que de muchos otros, el equipo Irán volvió a anotar otro gol. Ambos puntos iraníes fueron puestos en el arco por el mismo jugador, Mehdi Tarami.
Al final los ingleses anotaron seis totales. Y su capitán no portó el comentada, y polémico para los cataríes, brazalete de corazón multicolor. Antes de empezar el Mundial leí que los capitanes de varias selecciones iban a usarlo a modo de apoyo a la comunidad LGBT, en un país en que esta criminalizado ser homosexual. Al final, el asunto quedó en que la FIFA no apoyó la iniciativa, bajo amenaza de amonestar a los jugadores que lo usaran. Así que...
Es interesante anotar aquí, que en Irán también se persiguen a los homosexuales, lesbianas y bisexuales, con la excepción de los transgéneros. ¿Raro? Pero real. La operaciones de reasignación de género en Irán se han convertido en una especie de terapia de conversión para homosexuales y lesbianas que no quieren ser perseguidos por su orientación sexual.
Cosas veredes.
Los demás juegos
Del segundo juego me enteré gracias a un pequeño recuadro fijado en la pantalla de mi móvil. Mientras cocinaba, echaba de vez en cuando un vistazo. Así me enteré del final 0 a 2, perdiendo la selección de Senegal y ganando Países Bajos (Holanda para los despistados).El último partido de la jornada fue el de Estados Unidos contra Gales. ¿Gales? Cuando llegué a la redacción del periódico pregunté como es eso que Gales juegue en el Mundial. ¿Desde cuando Gales es un país? "No es un país, pero si es un seleccionado". Algo bueno tiene la FIFA, se puede ser "independiente" para jugar, aunque no lo seas para las funciones de un Estado. Interesante. ¿Jugará algún día en un Mundial una selección del País Vasco, Cataluña, Guayana Esequiba o Punta Cana?
Desde mi cubículo vi, desde lejos, las siluetas de los jugadores sin prestar atención. Una hora después supe del resultado final porque lo pregunté. Empate de un gol cada uno. Nada más que comentar.
"Mañana empieza el mundial"
El esposo ha desatendido totalmente el Mundial. Yo, neófita del tema durante todo el año, y durante tres años hasta el próximo Mundial, es quien le comenta lo del primer partido entre Inglaterra e Irán, eso sí, más enfocada en los detalles dramáticos del choque de cabezas y del número de goles que en cualquier otro detalle.
"Para mí mañana empieza el Mundial", me dice. Y empezará de madrugada, a las 6 de la mañana, cuando juegue Argentina versus Arabia Saudita.
Por la salud mental familiar espero que gane la selección argentina, porque las horas de sueño las perderé.
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