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Día 7. El "jogo bonito"

Según lo que vi, y los pronósticos de quienes saben más de fútbol que yo, Brasil parece un gran candidato para llegar a la final del Mundial.

Y su partido de ayer, ante Corea del Sur, fue uno de los pocos que vi con atención. No me pidan que hable de manera técnica sobre cómo se jugó, pero si puedo decir que esa coordinación que se espera para pasar la pelota y colocarla cerca de un arco, y dar una buen patada para que entre, estuvo bien aceitada. 

El esposo dice que sí, pero con dudas. Me recuerda a Francia. 

No menciona a Argentina.

El adiós de España

Para el momento que lean esto, pues ya habrán visto como España se despidió. Nadie, a parecer, esperaba que Marruecos ganara. No vi el partido, fue el esposo que al llegar a casa, a la hora del almuerzo, me hizo la pregunta. 

- ¿No estás viendo el juego?

Yo, nublada por la agenda del día y ir y venir entre tutoría del hijo y el supermercado, olvidé por completo ese partido.

- Pues España se fue del Mundial.

Lo dijo con cara de sorprendido. De mi lado, pues... no sé, supongo que como siempre me ha gustado que en el deporte se den esos vericuetos que a algunos les da por llamar justicia, pues me alegré de que Marruecos eliminara a España.

Que fuera en penaltis, pues con "más vera" (razón).

Este asunto de los penaltis en octavos lo había olvidado, así que por unos minutos estuve confundida. Le pregunté al esposo, mientras veíamos en la televisión a los comentaristas hablar sobre la sorpresa de esta eliminatoria. 

No hay empates en octavos.

- El que pierda se va.

Tengo el presentimiento que el esposo lo dijo con el susto de Argentina cruzado en el pecho.

Los cuartos

El viernes empieza la recta final. 

Apuesto a Brasil como ganadora, sí. Lo de Argentina ante Países Bajos (Holanda) es un asunto de fe. Ahí que Dios o Alá repartan suerte, y esa suerte la necesita Argentina y Messi, por supuesto.


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