Ir al contenido principal

Día 7. Partidos reportados

Ayer, ayer, fue un día de aventura. Tomé un tren equivocado camino a un pueblo y...duré dos horas de tren en tren, perdida. Llegué a mi destino y la conversación con mis amigos escritores estaba ajena a los vaivenes del fútbol, lo que no significó que fuera parte de nuestra charla.

"Aquí el Mundial pasado, cuando ganó España, pues la gente se alegro, muchos celebraron. Pero no es lo mismo que con el Barca y el Espayol (los dos equipos locales en Cataluña)", me dijo Oscar.

Y bueno, aquí pasa con el fútbol lo que pasa con todo lo demás, el regionalismo manda.

***
No vi juegos ayer. Aquí la televisión es por paga para estos asuntos. Tienes que contratar el servicio de esos canales para poder verlos. Eso sumado a que ando más interesada en pasear y conocer a Barcelona que en sentarme a ver juegos.

Pero el esposo vino al rescate.

Me explicó lo bien que estuvo Colombia y como apabulló a Grecia. De cómo los queridos ticos (estuve en Costa Rica en el 2009) hicieron un juego digno de ser reseñado y ganaron a una selección tan valorada como la de Uruguay.

Me pidió que me quedará, a la medianoche, a ver si podía ver el de Inglaterra e Italia, que ganó Italia, pero estaba muy cansada.

Hace unas horas, Japón cayó ante Costa de de Marfil. Leí que los dos goles de los marfileños fueron en los dos primeros minutos. A eso se llama determinación ganadora.

En unas horas Suiza y Ecuador. Apuesto a Ecuador, sin agarrarme de ningún detalle técnico o análisis. Solo porque quiero.

Vale.

P.D. El lloriqueo español por la manita del su primer juego con Holanda ya aburre en televisión. Hasta un hashtang están anunciando #LarojaSipuede para dar ánimos a su selección. Y es que con esas portadas después de la derrota en los medios españoles no es para menos...



Comentarios

Entradas populares de este blog

Día 9. Crónica de la felicidad

Nota de 2014. Después que Alemania le ganó a Argentina, el esposo se fue a fregar. Estaba triste, pero sabía que solo un milagro habría hecho posible lo contrario. Y en el transito de estos ocho años, el milagro se gestó, con revancha incluida. Alemania se quedó en el camino y la selección argentina, con su admirado Lionel Messi, no solo logró ganar ante Francia, campeona del Mundial pasado, sino que hizo que el esposo volara de felicidad. Y voló. A saltos. *** Quise hacer este texto ayer, domingo, con la emoción anudada que se produce luego de vivir varias horas de tensión esperando algo bueno que parece que sí será, y parece luego que no. Y la tensión no la viví porque sea fanática del fútbol, que por cuarta vez en doce años comprobé que no soy, sino la que me causó desear que al esposo se le cumpliera el sueño del fanático. Como todo el mundo sabe, el suplicio y la gozada, comenzó a las 11:00 de la mañana, al menos en esta zona horaria. El esposo se levantó cinco minutos antes, se c

Día 3. "Amenazas" y comparaciones

Un fanático no conoce límites. Noche del miércoles. Llego del trabajo. Un día de cierre en el periódico difícil. El hijo se me abalanza a los brazos para que lo duerma. El esposo y yo conversamos. Como es habitual, el fútbol es parte de su agenda a ponerme al día.  Entre prestarle y no prestarle atención, me comenta sobre el nuevo uniforme de su equipo favorito, el Barca. Le digo que cuando esté en Barcelona...(¿no les he dicho que estaré en Barcelona? Pues sí, me voy a Barcelona por tres semanas) iré a Camp Nou, sin duda...  Me interrumpe. - "Esposa, si no me trae la camiseta del Barca, que le ponen el nombre por cierto, deje de considerarse mi esposa".  Lo miro. Estallo en carcajadas. Él sonríe. - "¿Estás hablando en serio?", le pregunto. - "Claro que sí, no estoy relajando".  Nos reímos juntos.  - "Es en serio, amor. No dejes de traerme la camiseta". Los fanáticos del fútbol...con lo que cuestan esas cami

Día 25. Los campeones y el final

Lo logró España. Los que me han seguido saben que este equipo no estaba entre mis favoritos. Posiblemente porque, latinoamericana al fin, deseaba que fuese un equipo de estos lares que resultara el vencedor. No pasó así, sin embargo la victoria de los españoles me alegró. Demostró no ser un equipo goleador durante todo el Mundial, pero sí un equipo con alma y corazón, y mucha técnica. Me encantó el hecho que Iniesta hubiese sido el héroe de la última jornada. Se me aguaron los ojos cuando alzó su camiseta y enseñó una franela blanca con el nombre de Dani Jarque. Recuerdo muy bien a ese chico por las noticias que dieron cuenta de su muerte. Cayó en una cancha de fútbol en pleno juego, con un ataque de pre infarto. Vi las imagenes y lo vi ponerse de pie, ayudado por sus compañeros para luego, minutos después, morir en el hospital. Mi novio y mi suegra me dicen que lo vieron en vivo. Las imagenes de ese muchacho desplomándose (tenía 21 años) vinieron a mi cabeza mientras veía a Iniesta gr