No puedo iniciar mi crónica retrasada por otro lado que no sea decir que Lionel Messi marcó su primer gol en un Mundial.
El dios Messi, el dios del fútbol de mi hogar, el que pone a mi esposo a delirar cada vez que ve un partido del Barca. ¿Y saben? Lamenté no estar junto con él cuando Messi marcó ese gol. Me imagino su grito de locura fanática, el espanto de los vecinos totalmente ajenos a esa fiebre fútbolera, los gritos de gol de mi suegra, tan fanática como mi esposo...y mi cara de incomprensión ante algo que no puedo sentir.
¿Pero por qué lamento no haber estado? Supongo que admiro a todo aquel que es capaz de tener una pasión tan eufórica por algo que, analizándolo a la frío, no pasa de ser un juego de niños grandes. Claro, esto lo digo como una análisis muy simplista, y porque en el fondo extraño a morir al esposo después de tener nueve días en Cataluña.
¡Lo extraño tanto que ya he empezado a amar su bullicioso fanatismo fútbolero!
Estoy perdida.
Volviendo al principio, pues no vi el gol de Messi en directo, ni los de los partidos anteriores (me le pasaron el rolo a Honduras...algo que no sorprende. Con Ecuardo tenía esperanza, pero vamos, que el Mundial ha dado sorpresas pero no exageremos). Sin pagar el servicio de televisión para ver los juegos no hay vida en España.
A veces amo ser "tercermundista".
***
Hoy ganó Alemania. Me hace feliz. Es uno de mis favoritos, pero lo es por un asunto sentimental. Estuve en Alemania hace dos años y medio. Me enamoré perdidamente de Berlín. Eso sin contar que en esa visita estuve por primera vez, y hasta ahora única, en un estadio de fútbol durante un partido.
Leí hace un rato en las actualizaciones de un medio, donde sigo los juegos en directo, que "Alemania destrozó a Portugal y mete miedo".
¡Tiembla tierra, que llego el terror del Mundial!
Pobre Ronaldo.
¡Arriba Nationalmannschaft!
P.D. El primer empate del Mundial ha sido el del partido Irán y Nigeria. Cero a cero. Esas son las cosas que me aburren del fútbol.
Foto tomada de El Diario 24 |
¿Pero por qué lamento no haber estado? Supongo que admiro a todo aquel que es capaz de tener una pasión tan eufórica por algo que, analizándolo a la frío, no pasa de ser un juego de niños grandes. Claro, esto lo digo como una análisis muy simplista, y porque en el fondo extraño a morir al esposo después de tener nueve días en Cataluña.
¡Lo extraño tanto que ya he empezado a amar su bullicioso fanatismo fútbolero!
Estoy perdida.
Volviendo al principio, pues no vi el gol de Messi en directo, ni los de los partidos anteriores (me le pasaron el rolo a Honduras...algo que no sorprende. Con Ecuardo tenía esperanza, pero vamos, que el Mundial ha dado sorpresas pero no exageremos). Sin pagar el servicio de televisión para ver los juegos no hay vida en España.
A veces amo ser "tercermundista".
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Hoy ganó Alemania. Me hace feliz. Es uno de mis favoritos, pero lo es por un asunto sentimental. Estuve en Alemania hace dos años y medio. Me enamoré perdidamente de Berlín. Eso sin contar que en esa visita estuve por primera vez, y hasta ahora única, en un estadio de fútbol durante un partido.
Leí hace un rato en las actualizaciones de un medio, donde sigo los juegos en directo, que "Alemania destrozó a Portugal y mete miedo".
¡Tiembla tierra, que llego el terror del Mundial!
Pobre Ronaldo.
¡Arriba Nationalmannschaft!
P.D. El primer empate del Mundial ha sido el del partido Irán y Nigeria. Cero a cero. Esas son las cosas que me aburren del fútbol.
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