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Día 1. Calentando los motores

Esto blog se reactiva desde hoy.

Faltan 50 días para que inicie el Mundial de Fútbol Brasil 2014.

Les cuento. No he seguido el fútbol como fanática, sino más bien por contexto-obligación familiar. Me casé con el fanático futbolero de hace cuatro años atrás. Tenemos un hijo de año y medio, que según su padre "irá a la escuela del Barca" (ya en Santo Domingo hay una) y mi suegra, pues es mi suegra oficial futbolera. 

Sobre mi aprendizaje no he sido muy aplicada. Aunque debo confesar que uno que otro juego me gusta y me emociona. Identifico a algunos jugadores, aunque en casa el "Dios" es Messi. Y claro, ahora sé que cada país tiene su liga, cada región sus campeonatos y que no hay persona más odiada en el mundo del fútbol que Mourihno. 

Y como la suerte es tan injusta, resulta que no fue ni mi esposo ni mi suegra los que tuvieron oportunidad de ir a un estadio de fútbol de "los de verdad", sino yo. Estuve en Alemania en el 2012 y fui a un partido en el Estadio Olímpico de Berlín (Berliner Olympiastadion), en el distrito de Charlottenbur. Esa noche perdió su equipo, el Hertha BSC Berlin, contra el Fortuna Düsseldorf. El resultado final fue 2-1. Este es un vídeo que tome durante ese partido.


Dentro de este estadio pude comprender dos cosas: el fútbol es una pasión difícil de asimilar cuando no te ha interesado gran parte de tu vida, te abruma, y que el fanatismo futbolero es lo más cercano a una locura colectiva.

Dejo la mala noticia para el final: no logramos reunir un centavo para irnos a Brasil para este Mundial. Nos los gastamos en la boda, la luna de miel, alquiler de la casa, el niño...y bueno.

A ver si cumplimos la promesa de la alcancia-Mundial para el 2018. Soñar no cuesta.

P.D. Ricky Martín repite con el tema de un Mundial. Mi opinión, su tema del Mundial de 1998 era mucho mejor, pero el vídeo de este es hermoso. Juzguen ustedes.


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